EL CORDERO PASCUAL ES EXAMINADO
En los capítulos veintiuno y veintidós de Mateo vemos el cumplimiento de un hecho tipológico poco conocido del Antiguo Testamento. Según el mandamiento de Dios, el pueblo de Israel debía preparar un cordero por lo menos cuatro días antes de la Pascua (Ex. 12:3, 6). Durante ese período de preparación, ellos debían examinar el cordero detalladamente para ver si le encontraban alguna mancha o defecto. Dicho cordero debía cumplir todos los requisitos para ser sacrificado en la Pascua. Todos sabemos que el cordero pascual representa al Señor Jesucristo; El es el verdadero Cordero. Antes de ir a la cruz para cumplir lo que la Pascua tipificaba, El estuvo aproximadamente seis días en Jerusalén, y lo que le sucedió allí fue el cumplimiento de la examinación tipificada por el cordero pascual. Durante ese período, la gente puso a prueba a Jesús. Mateo 21 y 22 describen el examen a que El fue sometido. Jesús fue examinado por los líderes y representantes de los distintos partidos —sociales, políticos y religiosos— de aquel tiempo. Veamos quienes eran estos partidos.
En primer lugar lo examinaron los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo (21:23). Los principales sacerdotes eran aquellos que tenían autoridad en la religión y que servían a Dios en el templo. Los ancianos eran los que tenían autoridad en el pueblo, esto es, en la comunidad. Por consiguiente, los primeros que examinaron a Jesús eran aquellos que tenían autoridad en la religión y en la comunidad, es decir, los principales sacerdotes y los ancianos. Ellos le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?" (21:23). El segundo examen fue efectuado por los fariseos, el partido religioso más fuerte, y por los herodianos, un partido político. Para examinar a Jesús por segunda vez, la religión se unió con la política, ¡qué extraños compañeros! El tercer examen lo llevaron a cabo los saduceos, los modernistas de aquellos días. En el cristianismo actual muchos no creen que Jesús sea el Hijo de Dios, quien murió en la cruz y derramó Su sangre por nuestra redención, y quien resucitó física y literalmente de entre los muertos. Los modernistas son los saduceos de hoy, y los saduceos eran los modernistas de antaño. Ellos no creían ni en la palabra de Dios ni en Su poder, ni en la resurrección ni en los ángeles, ni tampoco en el espíritu (Hch. 23:8). Finalmente, en el cuarto examen, uno de los fariseos más destacados, un doctor de la ley, puso a Jesús a prueba.
¿Pueden ver el cuadro? No sólo los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, sino también los discípulos de los fariseos, los herodianos, los saduceos, y finalmente un doctor de la ley, un experto entre los fariseos, todos ellos rodearon al pequeño Jesús. Todas estas personas cultas, con grandes logros, conocimiento, posición, nombres destacados y poder, se unieron para examinar al Cristo y encontrar alguna falta en El. Jesús jamás recibió diploma alguno. El venía de una ciudad, un pueblo y una región menospreciadas, y ahora El se encontraba allí, en medio de estos líderes. Pero alabado sea el Señor que, aunque era pequeño exteriormente, no lo era así interiormente. Exteriormente El no tenía ninguna apariencia ostentosa ni pretensión alguna; no obstante, interiormente poseía un extraordinario poder. Tal vez exteriormente no tenía ningún conocimiento intelectual, pero interiormente poseía una sabiduría infinita. Así que, El contestó todas las preguntas y pasó todas las pruebas. Fue puesto a prueba y examinado por todos esos líderes, y salió triunfante.
Finalmente, fue El quien los puso a prueba a ellos, y de un solo tiro mató a todos los pájaros. Con una sola pregunta cerró todas las bocas. Ellos pusieron a prueba a Jesús cuatro veces, y el Señor los puso a prueba una sola vez. Al evaluar las preguntas provenientes de cuatro partidos, mas la pregunta que El formuló, podemos darnos cuenta hasta qué punto Cristo contrastaba con la religión.
(
Cristo es contrario a la religión, capítulo 5, por Witness Lee)