Cristo es contrario a la religión, por Witness Lee

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UN CUADRO DESCRIPTIVO DE NUESTRA CONDICION

No piense que estos cuatro casos ocurridos en cuatro sábados diferentes hablan de cuatro personas distintas. Les aseguro que, en el plano espiritual, estos cuatro casos son cuatro aspectos de una misma persona. Cada uno de nosotros está representado en este cuadro descriptivo. Nosotros somos los hambrientos, los miembros secos y las ovejas caídas; además, hemos estado incapacitados por muchos años, y somos los ciegos. Tenemos hambre, estamos secos, caídos, imposibilitados y ciegos. Antes de ser salvos y de entrar en la vida de iglesia, éramos tal clase de personas. Este es un retrato de nuestra condición pasada. Puedo testificar que antes de ser salvo y entrar en la vida de iglesia, me hallaba realmente hambriento, seco y caído, imposibilitado y ciego. En cierto sentido, esperaba que algo sucediera, y en otro sentido, estaba verdaderamente ciego. No sabía en qué dirección iba, ni podía discernir si era de día o de noche. Ciertamente todos estábamos en el redil. Pero, ¡aleluya! el Señor Jesús quebrantó el sábado y nos alimentó. ¡Aleluya! El también quebrantó los reglamentos de la religión para sacarnos del hoyo. El Señor Jesús vino con el fin de impartir vida en nosotros. Anteriormente dependíamos de que sucediera algo, pero ahora podemos tomar nuestra cama y andar, pues tenemos vida. El Señor Jesús también hizo esto quebrantando los reglamentos de la religión. Finalmente, ¡aleluya! el Señor vino y nos abrió los ojos, y aunque los religiosos nos expulsaron del redil, acudimos a los pastos. ¡Aleluya! ¡Cuán maravilloso es salir del redil y entrar a los pastos!

Ahora, en la vida de iglesia, ya no tenemos hambre, pues estamos en los sembradíos. Ya no estamos en el hoyo, sino en la casa. Y ya no yacemos imposibilitados en un pórtico religioso; antes bien, tenemos vida. No tenemos más necesidad de que los demás nos ayuden y nos carguen, pues ahora podemos llevar nuestro lecho solos. Ahora en la vida de iglesia ya no estamos en el redil, sino en los pastos. ¡Este es un gozo inefable y lleno de gloria!

Finalmente, no estamos sólo en los pastos, sino también en el rebaño. ¡Alabado sea el Señor! No somos un redil sino un rebaño. El redil es un lugar para guardarnos, pero el rebaño se compone de todos los santos. La iglesia no es un lugar, sino que es un rebaño. Si fuéramos una denominación, una sinagoga o una secta, entonces seríamos un redil. Pero, ¡aleluya! somos un rebaño: la iglesia. Somos las ovejas del rebaño que pacen en los pastos verdes y tiernos, disfrutando continuamente del Cristo ilimitado. ¿Tenemos reglamentos y tradiciones? ¡No! ¿Estamos en cautiverio? ¡No! Por el contrario, estamos en el pasto verde y tenemos libertad, vida, aire puro y un sol resplandeciente: tenemos todo lo que necesitamos. Somos un solo rebaño con un solo Pastor. Aquí estamos actualmente. ¿También están ustedes aquí? El Señor quebrantó cada uno de estos cuatro sábados para traernos aquí.

(Cristo es contrario a la religión, capítulo 8, por Witness Lee)