Lecciones acerca de la oración, por Witness Lee

Más extractos de este título...

V. EL ESPÍRITU DEBE SER DINÁMICO

Un espíritu fresco seguramente es un espíritu dinámico. Si uno no experimenta tratos periódicos ante el Señor, el espíritu no puede estar fresco. Un espíritu que no está fresco siempre estará deprimido, y ciertamente no podrá orar. Incluso si por el ejercicio de su voluntad se obliga a pronunciar algunas palabras, o usa su mente para pensar en algo qué decir, será en vano. Por tanto, lo que determina si somos capaces de orar y cuánto podemos orar, es si tenemos un espíritu deprimido o dinámico. Esto es una verdadera prueba.

(Lecciones acerca de la oración, capítulo 5, por Witness Lee)