Lecciones acerca de la oración, por Witness Lee

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II. UNA VOLUNTAD FUERTE

La voluntad del hombre debe ser fuerte. La parte emotiva debe ser suave, pero la voluntad no. Tener una voluntad suave equivale a no tener voluntad. Consideremos esto, por favor: si los frenos de un carro son suaves, ¿cómo podrá detenerse? Si el timón de un barco está hecho de papel, no podrá funcionar adecuadamente. Es imprescindible que el timón sea duro y fuerte. Asimismo, la voluntad no puede funcionar con eficacia a menos que sea fuerte.

Una persona que sigue al Señor fielmente y que mantiene su posición sin cambiar hasta la muerte, es una persona con una voluntad fuerte. Todo mártir es un hombre con una voluntad firme y fuerte. Consideremos a Martín Lutero o a John Wycliffe. Ellos eran personas con una voluntad fuerte y decidida. Consideremos a los tres amigos de Daniel. La prueba del horno ardiente demostró que verdaderamente tenían voluntades fuertes y firmes. Del mismo modo, nuestra oración no puede durar mucho tiempo a menos que tengamos una voluntad fuerte y firme. El Señor Jesús dijo: “Velad y orad”; y habló de la necesidad de “orar siempre”. Necesitamos una voluntad fuerte a fin de velar y ser constantes en la oración. Si uno es suave como una medusa, nunca podría velar. Podría orar algunas veces, pero no podría perdurar en oración. Aunque la oración es un asunto refinado, requiere de una voluntad decidida. Desde el primer día en que Daniel oró por su pueblo, Dios escuchó sus palabras y envió un ángel para contestar su oración. Sin embargo, el ángel se encontró con la oposición de un príncipe malvado en el aire y luchó por tres semanas antes de llegar a la tierra. Durante ese tiempo, Daniel, que estaba en la tierra, precisaba de una voluntad decidida para persistir en la oración durante esas tres semanas. Ninguno de los que saben orar correcta y constantemente tiene una voluntad débil; más bien, cada uno de ellos tiene una voluntad fuerte.

Las personas caídas tienen muchas condiciones anormales, por ejemplo: la voluntad necesita ser fuerte, pero no lo es; la mente necesita ser sobria, pero no lo es; y las emociones necesitan ser abundantes, pero tampoco lo son. Sin embargo, al tratarse de un hombre espiritual, su mente es sobria y rica; ciertamente sus emociones son abundantes y moderadas, y su voluntad es fuerte y firme. A menudo decimos que uno necesita ser valiente. Pero alguien que tiene una voluntad débil nunca puede ser valiente. Todas las personas valientes tienen una voluntad fuerte. Los tres amigos de Daniel eran realmente valientes cuando estaban junto al horno, porque su voluntad era realmente fuerte. Esa valentía procedía de su fuerza de voluntad. Algunos son muy débiles y se asustan fácilmente con tan sólo una palabra amenazadora. Debido a que su voluntad no es firme, se atemorizan. Una persona así no puede orar. Satanás usa toda clase de métodos para torturar, destruir y extinguir la vida de oración en el hombre. Por tanto, a menos que el hombre tenga una voluntad fuerte, su vida de oración será destrozada. Así que, es necesario tener una voluntad fuerte para mantener una vida de oración.

(Lecciones acerca de la oración, capítulo 8, por Witness Lee)